En noviembre del 2020 me contagié de COVID-19 y todo en mi vida cambió. Lo pasé en casa sin mayores complicaciones, pero ya sintiendo que algo en mi cabeza no estaba bien.
Comencé a trabajar tras veintidós días aproximadamente y sin haberme recuperado y sin una PCR negativa. Después de dos meses mas o menos tuve que ir por primera vez urgencias porque no sabíamos si me estaba dando un ictus, un ataque epiléptico o cualquier otra enfermedad de ese tipo.
Nunca recuperé mi vida.
Comenzaron a llevarme en neurología de mi hospital correspondiente tras las idas y venidas a urgencias y sin conseguir mayor explicación, puesto que las pruebas que me hacían salían todas bien.
Tras muchos momentos que son para dejar en el olvido me derivan al Huca,donde me atienden en junio aproximadamente del 2022,en la unidad de trastornos del movimiento, la doctora nos da el diagnóstico de Trastorno Neurológico Funcional.Nos explica que sólo en la Ruber de Madrid esta la unidad multidisciplinar especializada en este tipo de enfermedades,pero que en este momento no les permiten derivar a gente,aunque ya nos cuenta que están en formación allí mismo( en el huca)una unidad parecida para poder tratar los casos allí y que mi expediente queda a la espera…La situación es que se crea la unidad,hago una «rehabilitación» física de una semana y desde entonces me dejan atrapada en salud mental y sin respuestas.
Yo no tengo el diagnóstico de Síndrome Post COVID porque nadie quiere aceptar lo que conlleva y que todo lo demás viene de haber pasado la infección. Antes del COVID, yo era una persona totalmente sana y activa. Jamás había estado de baja.
Tras varios meses de incertidumbre, llega mi revisión por parte del INSS al pasar los 18 meses de baja,y para sorpresa de todos,tal y como estoy,además de haber comenzado consultas de ésta unidad multidisciplinar,para mas tarde realizar la «rehabilitación» correspondiente;me dan el alta en noviembre del 22.
A fecha de 16 de enero de este año,después de coger los dos meses de vacaciones que tenia pendientes y esperando que se agilizara el proceso de la rehabilitación,tengo que acudir a mi centro de trabajo,precisamente a la vuelta de una de las consultas de dicha unidad.
Aguanté una hora,tras la cual mi jefa tuvo que enviarme al médico nuevamente y éste darme de nuevo la baja. Hemos hecho la reclamación vía administrativa del alta forzosa que llegó denegada.Estamos a la espera del juicio en diciembre y yo he sido despedida de mi trabajo porque no es que no pueda realizar mis tareas si no que ahora mismo con 38 años soy una persona dependiente y muy limitada en el dia a dia.por si fuera poco,tengo que seguir luchando con la seguridad social,con las personas que por desconocimiento no creen que esto sea algo real y con profesionales ,que por desinformación o falta de inteterés tampoco saben como tratar el tema.
Es necesario que tanto profesionales como personas de a pie comiencen a tener entendimiento de lo que es esta enfermedad.
Que se diagnostique lo mas tempranamente posible y no se nos trate como problemáticos a nivel de salud mental y que se consiga realmente un tratamiento multidisciplinar adecuado a cada caso.