Esta enfermedad es horrible, te va consumiendo físicamente (dolores articulares, espasmos, migrañas, taquicardias, sensación de nervios todo el día, angustia, depresión, etc…

Lo peor de todo es no ver la mejoría, ver que no hay apoyo político y que, muy a nuestro pesar, algunos facultativos todavía nos tachan de «locos».

Solo puedo dar las gracias a los que nos apoyáis.